Dirige: Sanjay Leela Bhansali
Actúan:
Sinópsis: En una familia muy acomodada de la India la primogénita nace ciega, sorda y por lo tanto en un principio muda. La familia se acostumbra a vivir con ella como si fuera un ser marginal, que anda ahí pero no es parte de ellos. No ha habido intentos de educarla en ningún aspecto, sea académico o doméstico. Por otro lado existe el maestro que buscan, el especialista alcohólico que ha tenido tanto éxito que se ha quedado sin alumnos y que pide un milagro. Lo contratan, pero como sus métodos poco ortodoxos y tolerantes exasperan al padre, lo despiden. Sin embargo, éste sale de viaje y el profesor le pide a la madre ese tiempo para adelantar con su hija, Michelle. La única condición: que lo deje solo con ella, que vea que no depende de nadie más que de él. Michelle tiene un carácter fuerte y decidido. Debraj, el maestro, sabe que su potencial es inagotable. Hasta aquí la historia es muy similar a la de Helen Keller y su maestra milagrosa, pero Sanjay Leela Bhansali nos lleva más allá. Michelle lográ ser aceptada en la universidad donde quiere estudiar, ¿qué más? ¡Letras! Pero aquí nos topamos con la diferencia entre Hollywood y Bollywood (aunque este no es un film propiamente de Bollywood). Michelle no logra graduarse, ni siquiera pasar de año. No una vez, sino varias. Y varias son las veces que quiere volver a casa, pero su maestro no la deja, "No te traje hasta aquí para que te rindieras". Le grita. Y le dice que tiene que aprender a ser independiente, que él no siempre va a estar a su lado. Esto entristece a Michelle que lo quiere más allá de un maestro. Pero él sabe, ha notado la inminente disolución. Son detalles: se olvida cómo salir de la oficina del director, qué hace con un par de conos de helado y finalmente deja a Michelle sola en la plaza. Le diagnostican Alzheimer y Michelle tiene que terminar sola la carrera. Veinte años después lo logra y da el discurso de graduados. Y un día encuentra a su profesor en el patio de su casa. La familia se hace responsable de él y Michelle lo cuida con cariño y entrega. Lo único que él jamás le enseño fue la palabra "fracaso". Hermosa y conmovedora.